Los llamados «cuadernos de la corrupción» se han convertido en una caja infinita de sorpresas. El destino de cientos de millones de dólares (pesos y euros) en sobornos se esparce como un ventilador del saqueo de la triple administración kirchnerista (Néstor y Cristina Fernández). Nada -y pocos- se salva. Ernesto Clarens, el llamado «financista arrepentido», confesó al juez federa…
Última Hora